En el contexto actual, el maestro ha venido cambiando su rol debido a la evolución tecnológica y de información y ha a tenido que dejar sus viejas prácticas en donde solo se limitaba a transmitir un conocimiento, a llenar de información a los estudiantes sin detenerse a preguntar cómo lo estaba haciendo y si estaba logrando los objetivos que se proponía. Es por esto que hoy, se da una nueva resignificación del papel del maestro buscando un maestro modelo que sea ejemplo, productivo, activo; que esta en constante actualización, que no se limita solo a transmitir conocimiento o solo a que sus estudiantes sean los que lean y produzcan textos sino él por iniciativa propia, se interesa por la lectura y escritura : se une a los niños/niñas y jóvenes en su ejercicio, buscando animarlos, convirtiéndose en un ejemplo, para que ellos lo conciban y palpen como algo agradable, grato; despertando el deseo de seguir leyendo y escribiendo; para que no solo sea una experiencia de un momento si no una experiencia de vida porque ha visto a su maestro gozar con un cuento, una novela, un poema o cualquier otro tipo de texto; un maestro capaz de comentar y retroalimentar, que pueda por medio del juego y la lúdica hacerlos sentir identificados e involucrados con su entorno social, familiar, cultural.
El maestro también debe ser un maestro promotor capaz de ser canal entre la lectura, la escritura y los niños/niñas y jóvenes participando con ellos en la escogencia de los textos según su edad, haciéndoles sugerencias, involucrando a los padres de familia; no limitando la lectura y la escritura siempre a los ejercicios y trabajos del plan lector logrando que el estudiante no lea solo para cumplir con una tarea o por obligación sino por gusto; que maneje un discurso narrativo, expresivo claro, coherente y alentador ;un maestro que cuando lee en voz alta cause en sus oyentes un cumulo de emociones, inquietudes, preguntas, que los mantenga atentos, concentrados. Como se dice comúnmente “metidos en el cuento”.
Entre tanto un maestro crítico es una persona crítica de si mismo y de los demás que busca por medio de la lectura y la escritura ir más allá: cuestionarse y que los demás se cuestionen; que se preocupa por cultivar los gustos no solo en el sino en los niños, niñas y jóvenes; participativo, consciente de la importancia de su papel como docente, formador y transformador con capacidad de análisis en los contenidos. Un maestro que no tiene verdades absolutas sino abierto a las posibilidades; coherente en lo que dice y hace, que busca transformar a sus estudiantes sujetos críticos, analíticos con capacidad de elegir, crear, proponer para que puedan intervenir y cambiar su entorno y el de los demás, sujetos que creen nuevas historias.
(Olga Benavides y Diana González)
Me gusta la reflexión, me parece que es con este sentir que podemos acercar a nuestors chicos a leer y escribir literatura. Ser crítico también involucra pensar los libros que nuestros chicos y chicas van a leer, para ello, tenemos que pensarnos como lectores también.
ResponderEliminarAl leer la reflexión estamos de acuerdo con ustedes porque un buen maestro trabaja en el presente pero se vislumbra en el futuro, observando el pasado para no repetirlo.
ResponderEliminarCuando leemos nos aproximamos al otro, establecemos una conexión con él para interpretar una realidad común.
Gina Paola y Sandra Patricia