viernes, 10 de septiembre de 2010

TEXTO DE OPINION

Texto de opinión: Una lectura de la Escuela


Dando una mirada al contexto de la escuela se habla de la necesidad de que nuestros niños y nuestros jóvenes se formen como lectores y escritores, y si bien es cierto estas son condiciones necesarias porque gracias a ellas se mejora la capacidad de comprensión, interrelaciones personales, cultura, diversión, análisis es por esto que se han planteado innumerables estrategias como…trabajo en grupo, individual, juegos, representaciones, creación de cuentos sobre lo que vemos, sentimos y leemos, dramatizaciones, análisis; pero frente al desarrollo de estos procesos que motiven a la lectura y la escritura de fondo se encuentran inmersas dos realidades de las que no hemos podido escapar : leemos por imposición y nos hemos convertido consumidores de lectura y escritura la cual no procesamos.

En cuanto a la primera situación muchos docentes como estudiantes leen porque toca: los docentes para demostrar que posee el poder y los estudiantes por obligación; por una nota -- -porque si no perdemos la asignatura de humanidades y lengua castellana- afirman muchos estudiantes. Entonces los procesos de lectura y escritura se han convertido en un estatus de poder¨ de los docentes y prerrequisito para pasar una asignatura para los estudiantes y no se goza, creando la mentalidad de que estas actividades son aburridas; en cuanto a la segunda situación hay que leer entonces puede que se lea y lea pero hay tanta acumulación de contenido que este no afecta, las formas de ser y de pensar, opacando la creatividad; no atraviesa, no significa nada sino está ahí sin oficio ni beneficio :da lo mismo leer o no leer.

Estos dos factores juntos han hecho que la lectura y la escritura atraviesen por una crisis de identidad en los espacios escolares ya que han sido silenciados para evitar que el sujeto se revele, sea un sujeto crítico tal vez por estos factores determinantes en el acercamiento a la lectura y escritura es que nuestros estudiantes pierden el interés, sienten apatía, y también han traído la separación de la lectura del cuerpo cuando estos dos se complementan porque uno hace funcionar al otro y viceversa ¨la lectura da forma al cuerpo y el cuerpo da forma a la lectura.¨ Entonces cabe en este punto retomar las palabras de una docente quien en uno de sus escritos cuestionaba :

¨ No nos formamos como lectores añadiendo algo desde fuera, sino respondiendo a un llamado interior que nos incita a la búsqueda constante del encuentro con el libro: ¿curiosidad?, ¿ansias de saber?, ¿afán de obtener respuestas?, ¿expectativa ante el misterio oculto en las páginas? ¿O más bien, y por encima de todo, amor por la lectura? Ese amor que llevó una vez a Virginia Woolf a decir:



"A veces he soñado que cuando llegue el Día del Juicio y los grandes conquistadores y abogados y estadistas vayan a recibir sus recompensas - sus coronas, sus laureles, sus nombres grabados indeleblemente en mármol imperecedero -, el Todopoderoso se volverá hacia Pedro y le dirá, no sin cierta envidia cuando nos vea llegar con nuestros libros bajo el brazo: "Mira, esos no necesitan recompensa. No tenemos nada que darles aquí. Ellos han amado la lectura". (Woolf, 1948, p. 295)



El mismo sentimiento de amor se adivina en Barthes cuando habla del "deseo" de leer del lector, deseo que lo hace permanecer absorto en la lectura, indiferente a lo que sucede a su alrededor, en un estado de "apartamiento de la realidad" que el autor asimila al del enamorado o el místico" (Barthes, 1987, p.45).



Esto lleva a repensar en el valor que tiene verdaderamente el sentido de la lectura y la escritura en la escuela y así como entre líneas lo que afirma Woolf y Barthes hacer que estos procesos sean de amor por estos porque…



Composición literaria con una de las emociones

Miedo…

Es una hermosa mujer de labios rojos como el vino, ojos negros como el ébano,

como dijo Petrarca la cabeza oro fino, y nieve el rostro; de complexión menuda, fina; muy blanca como el marfil, su aliento frío, muy frío como el hielo, su olor inolvidable, como el olor de las flores secas cuando se dejan los pétalos guardados entre las hojas de un libro, olor a recuerdo, sus manos grandes y sus dedos largos porque toca el piano en las noches de torrenciales aguaceros, melodías lúgubres; su voz suena a soledad, a temor y nunca sonríe, solo lo hizo una vez cuando se sintió alegre, porque conoció a un hombre llamado amor, pero este un día se fue a un largo viaje y le prometió que volvería algún día. Desde entonces no volvió a salir de su casa; la tristeza embargó su rostro; solo se ve su silueta escondida tras la cortina de su ventana tratando de mirar hacia la calle a ver si en medio de tanta gente que pasa el amor regresa a buscarla esa mujer se llama miedo

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