En la actualidad, la lectura se ha convertido en un problema para todo muchos, debido a diversos factores entre los cuales se destacan las nuevas tecnologías que no se han sabido implementar y no se les ha dado un uso adecuado ya que en ocasiones lo único que hacen es facilitar las cosas, quitándole el gusto a esta práctica; también la conceptualización de que esta experiencia se ha convertido en técnica de experimento que hace que la gente no vea la necesidad de leer, y si lee leer por leer para acumular una gran cantidad de información que no atraviesa, que no afecta, que no moviliza sino sólo cuando es completamente necesario. Es aquí en donde la escuela se encuentra en una encrucijada buscando nuevas estrategias y metodologías para lograr que los niños/niñas y jóvenes le encuentren el gusto a la lectura, que vuelvan a ella concibiéndola como un espacio diario no solo para aprender sino de diversión, de identificación propia y de los otros.
Si analizamos esta situación podemos notar claramente como estos cambios culturales han ido transformando los hábitos, los discursos, la forma de obrar de los individuos, dejando de lado muchas veces las cosas que realmente son importantes como lo son la subjetividad y la experiencia desligándolas de la lectura que es una herramienta esencial que permite sentir las vivencias diarias de cada uno.
La lectura nos debe servir para interactuar y compartir con los demás, conocer el entorno del otro, entrar a intervenir no solo en nuestro contexto sino en el de los demás, buscando por medio de ella experiencias significativas que nos afecten, como lo afirma Jorge Larrosa “Hacer que la experiencia de la lectura sea una construcción de sentido que no solo se lea por diversión y conocimiento sino buscando una afectación del ser”.
Para lograr esto es necesario que se empiece por uno mismo ya que es ahí en donde se da un cambio real para así poder como docentes lograr incentivar y cambiar los hábitos lectores de nuestros estudiantes, viendo las actitudes y comportamientos de ellos cuando les toca leer por obligación y siguiendo modelos. Con esto nos concientizamos de que no podemos seguir con esta cultura donde la lectura es un experimento planificado sino que debemos buscar que sean ellos los que busquen la lectura, que se interesen en ella que le vean el sentido, que la puedan aplicar a la vida real para que se logre un objetivo y cambio verdadero.